Cada día más y más personas están dispuestas a tener conversaciones sobre la importancia de la salud mental y a pedir ayuda cuando la necesitan. Sin embargo, esta es una tendencia muy reciente en la que las generaciones más antiguas pocas veces participan. Los prejuicios históricos y el silencio que rodea el bienestar emocional tiende a entorpecer en gran medida que los adultos mayores puedan acceder con facilidad a servicios de salud mental. La situación es tan recurrente que actualmente nos encontramos ante una crisis alarmante.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos uno de cada cuatro adultos mayores experimenta algún trastorno mental, como depresión, ansiedad o demencia. Y se espera que este número se duplique para 2030 debido al envejecimiento natural de la población. Entre todos los padecimientos, la depresión geriátrica es el trastorno más común en personas de edad avanzada. Sin embargo, solo un tercio de la población de adultos mayores con problemas de bienestar emocional recibe atención profesional especializada para su trastorno. Por esta razón, la tasa de suicidio en personas de 85 años o más es significativamente más alta que la de cualquier otro grupo de edad.
¿Qué hace que este grupo de personas sea más vulnerable a padecer problemas de salud mental? En pocas palabras, la vida. Los adultos mayores acumulan a lo largo de su existencia muchas experiencias de alegría, amor y celebración; pero también de transformaciones, pérdidas y tristeza. Por si fuera poco, a partir de los 60 años los seres humanos nos vemos expuestos a una serie de cambios impetuosos: la jubilación, la pérdida de seres queridos del mismo rango de edad y diversas enfermedades debilitantes. Todos estos factores pueden generar sentimientos de inquietud, estrés y tristeza que pueden ser difíciles de procesar.
Si estás en contacto con algún adulto mayor y te preocupa su bienestar emocional, algunas de las señales más comunes de que podría estar pasando por un momento difícil son: cambios notables en el estado de ánimo, falta de energía o apetito, dificultades para dormir o dormir en exceso, problemas de concentración, preocupaciones contantes, irritabilidad, dolores de cabeza persistentes, consumo excesivo de alcohol o drogas, sentimientos de tristeza o desesperación, pensamientos de muerte o suicidio, comportamientos de alto riesgo que interfieren con el trabajo, la familia o la vida social. En casos más graves, algunos adultos mayores también pueden experimentar comportamientos compulsivos y alucinaciones.
Afortunadamente, hay cosas que puedes hacer para fomentar la salud mental en tu ser querido. Aquí te dejamos algunas estrategias efectivas:
Nunca es tarde para ir a terapia: La terapia psicológica es poderosa y transformadora, sin importar la edad del paciente. Este tipo de acompañamiento terapéutico puede ayudarles a procesar los cambios físicos de la vejez, a lidiar con las pérdidas y a desarrollar herramientas emocionales útiles para atravesar todas las transformaciones que vienen con la edad. Si el adulto mayor cercano a ti está dispuesto a probar nuevas soluciones, puedes intentar descargar Mindsurf en su teléfono. La aplicación es súper fácil de utilizar y encontrará cursos especializados, meditaciones y grupos de apoyo que le ayudarán a recobrar su bienestar emocional.