¿Qué se rompe cuándo nos rompen el corazón?

Llanto, tristeza, desesperación, falta de apetito, ganas de regresar y mil cosas más nos pasan cuando terminamos una relación. Pero, ¿por qué es tan difícil? ¿Qué nos pasa a nivel anatómico cuando cortamos? ¿Qué podemos hacer para aliviar los síntomas de un corazón roto? ¡En Mindsurf, te lo contamos!
Publicado el
19/9/24

Cuando nos rompen el corazón, ¿lo que se rompe es realmente ese músculo del pecho? Te contamos de los efectos que las rupturas tienen en nuestro funcionamiento cerebral, sus consecuencias y cómo hacer este proceso de duelo más llevadero.

Al inicio, todo es hermoso. Las mariposas vuelan a nuestro alrededor y hacen de nuestro interior su casa. Los días nublados se vuelven soleados y las calles se llenan de música cuando caminamos de la mano de un nuevo amor. Nuestras vidas se llenan de belleza y cada pequeño detalle que se cruza en nuestro camino parece extraordinario. No obstante, poco a poco la rutina comienza a desplazar a la novedad y los problemas comienzan a asomarse por debajo del tapete. Sin darnos cuenta, una relación que parecía perfecta al principio da un giro de 180º y, de la nada, todo termina. Solo nos quedamos con los recuerdos de tiempos pasados y un enorme vacío en nuestro corazón… ¿o en nuestras mentes?

Si has experimentado una ruptura o un divorcio, lo sabes: cortar no se siente nada bien. Aunque pareciera que solo se trata de un estado sentimental pasajero, nuestros cerebros interpretan el dolor emocional como dolor físico, al grado que hay ciertos síntomas comunes entre las personas que atraviesan una ruptura. Durante este periodo es habitual tener problemas para dormir, dificultades para controlar nuestro comportamiento, cambios en nuestros hábitos alimenticios, cansancio, problemas para concentrarnos, ganas de aislarnos, incremento de peso, dolores de cabeza o de estómago, y sentimientos de ansiedad, pánico y desmotivación.

Pero, ¿por qué sucede esto? Cuando estamos enamorados, nuestro cerebro secreta un coctel químico súper fuerte: oxitocina (la hormona del amor), dopamina (el neurotransmisor de la alegría) y serotonina (la hormona de la felicidad). Estas son las sustancias que hacen que veamos el mundo color de rosa cuando estamos con esa nueva persona. Nuestra cabeza se acostumbra tanto a estas hormonas y neurotransmisores que, cuando cortamos, entramos en síndrome de abstinencia. Curiosamente, la producción de dopamina está relacionada tanto al uso de drogas como a las primeras etapas de enamoramiento. Además, durante una relación nuestro cerebro crea conexiones neuronales asociadas a nuestra pareja, nos acostumbramos a ellos y, como seres de rutina, esperamos verlos, oírlos, olerlos y tocarlos. Por si fuera poco, los niveles de cortisol (la hormona del estrés) se elevan considerablemente.

Todos estos factores se entrelazan en nuestro organismo cuando atravesamos una ruptura y provocan que tengamos una enorme necesidad de reconectar con nuestros exes. Nuestro cerebro está desesperado por reemplazar las sustancias químicas que ya no está recibiendo para terminar con el síndrome de abstinencia. La parte de nuestra mente en la que vivía nuestra pareja a través de las conexiones neuronales se inflama tratando de volver a verla, oírla, olerla y tocarla. Entramos en una etapa de hiperactividad del sistema límbico que se asocia a la depresión. En resumen, nuestro cuerpo pide a gritos que volvamos.  

Esta es la razón por la que, después de unas semanas, unos días o incluso unas horas después de cortar, muchas parejas regresan. La necesidad de volver a sentir los efectos de esta droga llamada «amor» es tan grande que recaemos. Esta también es la causa por la que muchas personas se obsesionan con su expareja y tratan de restaurar la relación de maneras inapropiadas, mandando largos mensajes de texto, apareciendo en lugares sin previo aviso o enviando regalos inesperados. Incluso algunas personas desarrollan una dependencia física tan grande a las sustancias y las sensaciones del enamoramiento que cortar y regresar se convierte en un círculo vicioso.

Para que esto no te pase, y para que los síntomas de la ruptura no te sean tan pesados, tenemos algunos consejos para ti:

  1. Haz ejercicio: Correr, caminar, ir al gimnasio, tomar una clase de yoga, nadar o hacer cualquier tipo de ejercicio ——además de que te ayudará a no pensar tanto en tu expareja—— te ayudará a combatir el desbalance químico en tu cabeza al hacer fluir la dopamina. 
  2. Respira profundo: Realizar ejercicios de respiración te ayudará a reducir el estrés producido por la secreción de cortisol y la ansiedad. Esta es una gran forma de ejercitar tu nervio vago, responsable de controlar tus niveles de estrés. 
  3. Evita recuerdos dolorosos: Las fotos, los regalos y todas las pequeñas cosas que te recuerdan a tu ex pueden despertar tu necesidad de secretar dopamina y aumentar el síndrome de abstinencia. Te recomendamos esconder o deshacerte de todos estos objetos para evitar estas sensaciones.
  4. Autocuidado, autocuidado, autocuidado: Date tiempo para procesar tus emociones, come saludable, toma agua, prioriza tu sueño y realiza tus actividades favoritas. Si te mantienes saludable y te consientes, tu cuerpo poco a poco regresará a su estado natural.
  5. Busca ayuda: Activar tu red de apoyo y recibir soporte de amigos y familiares puede ayudar a mejorar tu estado de ánimo. Hablar con un profesional en salud mental también puede ser muy útil para restablecer tu bienestar general. 

Acércate a Mindsurf. En nuestra aplicación encontrarás ejercicios de meditación y respiración, así como, terapia psicológica individual y distintos programas que podrían ayudarte a salir de este momento tan difícil. 

Fuentes:

--> https://www.cbc.ca/life/wellness

--> https://www.psychologytoday.com/intl/blog

--> https://www.relationshipsvictoria.org.au/news

--> https://www.amenclinics.com/blog

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